Blogia
Los Cuenteros (contando cuentos desde 2004)

Para dormir niños

No había una vez...

No había una vez...

Érase que no se era, amiguitos, un día muy muy soleado... vamos, que estaba oscuro oscuro - igualito que un día no soleado -, total, que nuestro amiguito Toñín -que no es que se llamase así, pero no nos acordamos de su nombre- no había salido a pasear cantando "tralararí tralarará" al bosque encantado, porque era alérgico y un pelín vaguete (pero no era suizo), así que decidió quedarse en casa sobando. Y claro, ni se encontró con un búho sabiondo ni rescató a ninguna princesa de las temibles garras de Salah, la ardilla asesina. Tampoco le importó, ya que la idea que tenía Toñín de las princesas de los cuentos de hadas era que debían ser más lelas aún que las hadas madrinas, que ya es decir. Él prefería a las brujas pirujas y a las brujas no pirujas, ésas que te enseñan a distraer y a robar y vender las joyas de los ricachones en el mercado negro. Pero volvamos al momento que nos ocupa, el del día no soleado:

Toñín -o Rigoberto, que no recordamos bien su nombre-, se encontraba vagueando en su choza de caña y barro, una choza de chichinabo que le había okupado al primer Cerdito -sí, hombre, el primero de tres hermanos que se dedicaban a la construcción-, casi tan vago como Toñin, aprovechando que se encontraba en viaje de promoción del cuento: Los Tres Cerditos se construyen un adosado en Benidorm, y había dejado la puerta abierta. ¡De repente, apareció un ser maligno! ¡Era Salah, la ardilla asesina!... ¿Y sabéis lo que pasó, amiguitos? Pues nosotros tampoco.

Y ESTE CUENTO NO TIENE FIN

NO SOMOS SUIZOS

NO SOMOS SUIZOS

-         Pakito: Pss, pssssss...

-         Cerro: (susurrando al oído de Pakito, le grita ) ¿Qué?
-         Pakito: Los Cuenteros han vuelto.
-         Cerro: (sorprendido) ¿Qué?
-         Pakito: Los Cuenteros han vuelto.
-         Cerro: ¿De dónde?
-         Pakito: De la Pampa.
-         Cerro: ¿La Pampa?
-         Pakito: Sí, la pampa de nata, que son muy golosos ellos.
-         Cerro: ¡Sí que lo son!
-         Pakito: Ya te digo, Recesvinto, son tan golosos que una vez entraron en una zapatería y pidieron un kilo de pasteles. 
-         Cerro: ¿Sí?
-         Pakito: Así es, y cuando les dijeron que no tenían... ¿sabes lo que hicieron?
-         Cerro: Mmm, no sé, ¿acribillarles a balazos?
-         Pakito: Claro, claro, Gundemaro, ¡por desaboríos!
-         Cerro: Eso, eso, Recadero, ¡y por diabéticos!
-         Pakito: Claro, claro... si es que, niños, no se puede vivir sin chocolate en esta vida.
-         Cerro: Eso, y en otras vidas, con o sin chocolate, tampoco se puede vivir, ¡QUE NO SOMOS SUIZOS!
-         Pakito: ¡Eso mismo, Leovigildo!
-         Cerro: Que los suizos pueden vivir en las vidas que quieran, que para eso inventaron el chocolate.
-         Pakito: Y la batidora.
-         Cerro: ¡Uy, sí!
-         Pakito: Porque la batidora, Ataulfo, es un invento que ufffffff (girando la cabeza como la niña del exorcista en plan batidora)
-         Cerro: ufffffffffff (girando la cabeza como Pakito, que parece el niño del exorcista cuando actúa como si fuese una batidora).
-         Pakito: La batidora es mejor invento aún que los perros. GUAU
-         Cerro: Y que los gatos. MARRAMAMIAU MIAU MIAU
-         Pakito: ¿Los gatos de coche?
-         Cerro: Eso digo, Teodorico.
-         Pakito: ¡Qué gran invento los gatos de coche! Si no existiesen los gatos de coche, Khindasvinto, no podrían pincharse las ruedas.
-         Cerro: Claro, ni podríamos entrar en la tienda de la gasolinera a comprar chocolate mientras la parienta pone la rueda de repuesto.
-         Pakito: Ni aprovechar para atracar un par de bancos mientras la parienta pone la rueda de repuesto.
-         Cerro: Ni quitarle una rueda al coche mientras la parienta pone la rueda de repuesto para luego partirnos de risa cuando vea que le ha desaparecido otra rueda.
-         Pakito: Ja, ya te digo, Atanagildo, y todo debemos agradecérselo a la batidora.
-         Cerro: Y los inventores de los caramelos Ricola.
-         Pakito:¡Ays! ¡Benditos suizos!
-         Cerro: ¡Y bendita Pampa!
-         Pakito: Pampa de nata.
-         Cerro: Nata batida con batidora.
-         Pakito: Batidora blanca como la leche sin chocolate.
-         Cerro: Leche desaboría como los diabéticos.
-         Pakito: ¡Pues eso, Theudiselo! (los dos, a coro) ¡QUE NO SOMOS SUIZOS!